Una presión arterial baja asociada con resultados cardiovasculares adversos en pacientes de alto riesgo

El registro CLARIFY encontró que en pacientes con enfermedad arterial coronaria estable, la presión arterial sistólica por debajo de 120 mmHg o la presión arterial diastólica por debajo de 70 mmHg se asoció con un riesgo elevado de muerte cardiovascular, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.

Analizamos datos de 22 672 pacientes (edad media, 65 años; 75 % hombres) con arteriopatía coronaria estable de 45 países que fueron tratados por enfermedad hipertensiva durante 2009-2010.

El punto final primario fue un compuesto de muerte cardiovascular, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular. Los resultados secundarios incluyeron los componentes individuales del criterio principal de valoración, la mortalidad por todas las causas y la hospitalización por insuficiencia cardíaca.

La mediana del período de seguimiento fue de 5 años.

Los pacientes fueron estratificados por niveles de incrementos de 10 mm Hg de presión arterial sistólica y presión arterial diastólica, con presión arterial sistólica de 120-129 mm Hg y presión arterial diastólica de 70-79 mm Hg como referencia.

La presión arterial sistólica superior a 140 mm Hg (cociente de riesgos instantáneos ajustado, aHR = 1,51; IC del 95 %, 1,32-1,73) y la presión arterial diastólica superior a 80 mm Hg (aHR = 1,41; IC del 95 %, 1,27-1,57) se asociaron con un mayor riesgo para el criterio principal de valoración al final del período de estudio.

Sin embargo, la presión arterial sistólica por debajo de 120 mmHg (aHR = 1,56; IC del 95 %, 1,36-1,81) y la presión arterial diastólica por debajo de 70 mmHg (aHR = 1,41; IC del 95 %, 1,24-1,61) también se asociaron con un aumento de la frecuencia cardíaca. para el criterio principal de valoración, observándose un mayor riesgo en aquellos con presión arterial diastólica por debajo de 60 mmHg (HRa = 2,01; IC del 95 %, 1,5-2,7).

El estudio encontró que el beneficio de reducir la presión arterial por debajo de 140 mm Hg es indiscutible, mientras que el beneficio de reducir la presión arterial por debajo de 130 mm Hg es incierto. ()

Fuente: Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, 2016

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