Se ha demostrado que las estatinas reducen los eventos cardiovasculares en una gran población de pacientes en riesgo, independientemente de los niveles basales de colesterol LDL.
Un metanálisis de 14 estudios en los que participaron más de 90 000 pacientes mostró que el tratamiento con estatinas pudo reducir la incidencia de eventos cardiovasculares a los 5 años en aproximadamente un 20 % por cada extensión de LDL de reducción de colesterol en mmol/L.
Dado el éxito de las estatinas en la prevención de eventos cardiovasculares, no sorprende que estos medicamentos se estén probando en varias afecciones relacionadas.
La insuficiencia cardíaca se caracteriza por inflamación, disfunción endotelial y activación neurohumoral, condiciones que mejoran con la terapia con estatinas.
El estudio Controlled Rosuvastatin Multinational Trial in Heart Failure (CORONA) no mostró un beneficio significativo de la rosuvastatina (Crestor) con respecto al criterio principal de valoración (mortalidad cardiovascular, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular).
Sin embargo, los subgrupos, identificados por los biomarcadores plasmáticos NT-pro-BNP (péptido natriurético pro-B N-terminal) y CRP (proteína C reactiva) mostraron una reducción en los eventos.
La estenosis aórtica y la aterosclerosis comparten factores de riesgo comunes, como la hipertensión y el colesterol alto.
Aunque los estudios de cohortes no aleatorizados han indicado que las estatinas retrasan la progresión de la estenosis aórtica, este hallazgo no ha sido confirmado por dos estudios aleatorizados controlados con placebo.
La enfermedad de Alzheimer también comparte muchos factores de riesgo con la aterosclerosis, y varios estudios observacionales han informado un menor riesgo de desarrollar esta afección entre los pacientes que toman estatinas.
Sin embargo, dos estudios clínicos han indicado que ni la atorvastatina (Torvast) ni la simvastatina (Zocor) retrasan la progresión de la enfermedad de Alzheimer en etapa temprana.
En conclusión, aunque las estatinas son efectivas en la prevención de eventos vasculares en pacientes de riesgo, aún no han demostrado ser efectivas en las indicaciones más nuevas. ()
Waters DD et al, J Cardiol 2010; 55:155-162
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