Los hallazgos de un estudio observacional mostraron que los betabloqueantes pueden no prevenir el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular o la muerte, pero pueden aumentar el riesgo de muerte u hospitalización por eventos aterotrombóticos o procedimientos de revascularización en algunos pacientes.
El estudio examinó a 44.708 pacientes inscritos en el Registro REACH. De estos pacientes, el 31% había tenido un infarto de miocardio previo; El 27% tenía enfermedad arterial coronaria documentada pero no infarto de miocardio, y el 42% solo tenía factores de riesgo de enfermedad arterial coronaria.
El criterio principal de valoración del estudio fue una combinación de muerte cardiovascular, infarto de miocardio no mortal o accidente cerebrovascular no mortal.
El punto final secundario fue el compuesto primario más la hospitalización por eventos aterotrombóticos o un procedimiento de revascularización.
La mediana del período de seguimiento fue de 44 meses.
Los resultados mostraron que en el grupo de pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio previo, las tasas de eventos para ambas medidas de resultado no fueron significativamente diferentes entre los pacientes tratados con bloqueadores beta y los que no recibieron los medicamentos.
En personas con enfermedad de las arterias coronarias sin infarto de miocardio, los investigadores observaron que, con respecto al criterio principal de valoración, las tasas de eventos no fueron diferentes entre los pacientes tratados con bloqueadores beta y los que no recibieron tratamiento.
Sin embargo, para el criterio de valoración secundario, las tasas de eventos fueron del 30,6 % en el grupo de betabloqueantes frente al 27,9 % entre los que no tomaban estos fármacos.
Otros datos indicaron que para el criterio principal de valoración en pacientes que tenían un solo factor de riesgo de enfermedad arterial coronaria, las tasas de eventos fueron más altas en los que recibieron betabloqueantes que en los que no los recibieron (14,2 % y 12,1 %, respectivamente); el mismo resultado se encontró para el objetivo secundario (22% y 20,2%, respectivamente), pero no para el infarto de miocardio o el ictus.
Los investigadores también encontraron que entre los pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio en el último año, el uso de bloqueadores beta se asoció con una menor incidencia del criterio de valoración secundario.
Según los autores, el aumento de los riesgos observados para algunos pacientes puede deberse en parte a la naturaleza de los propios betabloqueantes.
Los betabloqueantes son menos efectivos que otros medicamentos para la presión arterial y no se consideran tratamientos de primera línea. Además, los betabloqueantes aumentan el riesgo de diabetes mellitus y elevan los niveles de colesterol.
La combinación de todos estos factores podría ser responsable del resultado menos favorable. ()
Fuente: Revista de la Asociación Médica Estadounidense, 2012
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