La insuficiencia renal leve al ingreso es un fuerte predictor de mortalidad en pacientes con infarto de miocardio con elevación del segmento ST (IAMCEST).
Ya se sabe que la enfermedad renal crónica significativa, definida como una tasa de filtración glomerular (TFG) inferior a 60 ml/min/1,73 m2, es un predictor de eventos cardiovasculares y mortalidad en pacientes con infarto de miocardio STEMI.
El nuevo estudio tuvo como objetivo evaluar si incluso la disfunción renal de menor grado podría influir en los resultados en esta población de pacientes.
El estudio incluyó a 576 pacientes con infarto de miocardio STEMI que se sometieron a una angiografía coronaria de emergencia.
La función renal previa al procedimiento se dividió en etapas 1 a 5, donde la etapa 1 se definió como TFG superior a 90 ml/min/1,73 m2, etapa 2 como 60-89 ml/min/1,73 m2, etapa 3 como 30-59 ml/ min/1,73 m2, etapa 4 como 15-29 ml/min/1,73 m2, y etapa 5 por debajo de 15 ml/min/1,73 m2.
Durante un seguimiento de 2,6 años, las tasas de mortalidad a los 30 días ya largo plazo entre los pacientes fueron del 5,7 % y el 12,5 %, respectivamente.
El análisis multivariante reveló que incluso la insuficiencia renal leve (etapa 2) se asoció de forma independiente con un riesgo de mortalidad 2,79 veces mayor, en comparación con la etapa 1 (p < 0,001).
Observamos una relación entre el aumento del estadio de la ERC y la mortalidad tanto a los 30 días como tras un seguimiento a largo plazo (p < 0,001 para ambos).
Además, el estadio 2 tuvo un mayor efecto independiente sobre la mortalidad que la presencia de diabetes mellitus, que se asoció de forma independiente con la mortalidad a corto y largo plazo con una razón de riesgo (HR) de 2,2 y 2,0, respectivamente (p < 0,05, y p = 0,008).
En conclusión, los pacientes con insuficiencia renal leve no deben clasificarse como normales.
Los pacientes con una tasa de filtración glomerular de 60-89 ml/min/1,73 m2 deben considerarse parte del grupo de alto riesgo. ()
Fuente: Corazón, 2011
2011 Nefro2011