Guía ESC 2015 sobre el manejo de la endocarditis infecciosa

Las guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) sobre el manejo de la endocarditis infecciosa recomiendan un abordaje multidisciplinar en los centros de referencia, y la implicación del cardiólogo, infectólogo y cirujano cardiaco.
Además, el equipo de especialistas debe tener acceso inmediato a los procedimientos de diagnóstico y al quirófano.
Este abordaje permite reducir la mortalidad a 1 año del 18,5% al ​​8,2% en pacientes con endocarditis infecciosa.

Las nuevas recomendaciones para situaciones específicas incluyeron la endocarditis infecciosa de la UCI, la endocarditis infecciosa asociada a tumores y la endocarditis infecciosa marántica (no bacteriana).

Se destacó la importancia del diagnóstico temprano, el inicio temprano de la terapia con antibióticos y la intervención quirúrgica temprana.
La endocarditis es una enfermedad con desenlace fatal si se trata tardíamente.
Las nuevas directrices se centraron en formas de reducir el retraso en el diagnóstico, la introducción temprana de antibióticos y la derivación oportuna de los pacientes al cirujano.

La profilaxis antibiótica es un tema controvertido. Uno de los principales cambios, en comparación con las guías de 2009, ha sido la reducción de las intervenciones de profilaxis en muchas situaciones debido a la falta de evidencia sobre la eficacia de la terapia, que en algunos casos también puede ser potencialmente peligrosa.
Por este motivo, las nuevas guías recomiendan la profilaxis solo en pacientes con muy alto riesgo de endocarditis infecciosa y que deben someterse a procedimientos dentales de alto riesgo.
Se ha descubierto que una buena higiene oral y controles dentales regulares son mucho más útiles para reducir el riesgo de endocarditis infecciosa.

Publicaciones recientes han subrayado el aumento de la incidencia de endocarditis infecciosa desde las guías anteriores; esto podría estar relacionado con la profilaxis antibiótica reducida.
Sin embargo, la evidencia se consideró demasiado baja para cambiar las pautas de 2009.
Por tanto, estas guías continúan recomendando la profilaxis antibiótica solo para los pacientes de mayor riesgo, a la espera de estudios clínicos que aporten conocimientos capaces de zanjar esta difícil cuestión.

La antibioticoterapia resultó ser otro tema controvertido, especialmente las nuevas estrategias antibióticas recomendadas para el tratamiento de la endocarditis estafilocócica.
Es difícil obtener un consenso sobre este subgrupo de pacientes afectados por la forma más grave de endocarditis infecciosa.
Los estudios que se están realizando podrían proporcionar indicaciones útiles.

La endocarditis todavía se asocia con una alta mortalidad (10-26% de mortalidad hospitalaria).
Las nuevas directrices deberían incitar a los médicos a centrarse en la prevención, en lugar de la profilaxis, para reducir la incidencia de endocarditis infecciosa, especialmente en el contexto de la endocarditis adquirida en el hospital.
La mortalidad puede reducirse mediante un manejo multidisciplinario en centros especializados. ()

Fuente: Sociedad Europea de Cardiología, 2015

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