Se ha encontrado que un dispositivo comúnmente implantado no confiere ningún beneficio sobre una terapia mucho menos invasiva.
Un filtro de vena cava inferior a menudo se implanta en personas que tienen un alto riesgo de desarrollar coágulos de sangre potencialmente mortales.
El filtro está diseñado para prevenir la embolia pulmonar, una condición extremadamente peligrosa que ocurre cuando un coágulo de sangre de las piernas viaja a los pulmones.
Un estudio mostró que estos dispositivos no ofrecen ninguna ventaja sobre los anticoagulantes anticoagulantes.
En Francia, un grupo de médicos asignó al azar a aproximadamente 400 pacientes hospitalizados con infarto de miocardio, embolia pulmonar sintomática para recibir un filtro cava implantado en la vena cava inferior además de la terapia anticoagulante, o terapia anticoagulante sola.
A los 3 meses, la recurrencia de la EP se produjo en 6 pacientes (3 %) en el grupo de filtro frente a 3 pacientes (1,5 %) en el grupo de control.
El aumento de dos veces en el riesgo en el grupo de filtro no fue estadísticamente significativo.
Los 6 casos en el grupo de filtro y 2 de 3 casos en el grupo de control fueron fatales.
Durante el período de tres a seis meses, hubo un caso adicional de embolia pulmonar recurrente en cada grupo.
Los resultados del estudio no indicaron ningún beneficio de los dispositivos implantados en términos de recurrencia o mortalidad de la embolia pulmonar en estos pacientes.
Con base en estudios previos, los investigadores dijeron que habían pronosticado una tasa mucho mayor de recurrencias de embolia pulmonar, alrededor del 8 %, en el grupo de control.
La baja tasa de eventos observada en el grupo control se debe al manejo de la terapia anticoagulante a dosis plenas que ha demostrado ser muy eficaz incluso en pacientes habitualmente considerados de alto riesgo de recurrencia, haciendo inútil la implantación de filtros en la vena cava inferior .
Además, los resultados negativos probablemente reflejen la baja tasa de eventos como consecuencia de la alta eficacia de la anticoagulación sola en lugar de la falta de eficacia del filtro.
Se excluyeron los pacientes que no pudieron tomar un anticoagulante o que recayeron a pesar de la terapia anticoagulante adecuada.
Además de la warfarina, hay disponibles cuatro nuevos anticoagulantes orales que han sido aprobados para el tratamiento y la prevención de la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar. Estos medicamentos son: dabigatrán (Pradaxa), rivaroxabán (Xarelto), apixabán (Eliquis) y edoxabán (Savaysa).
Fuente: Revista de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA), 2015
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